LUCY SMITH: UNA ELEGÍA CRIOLLA
Es el vals clásico de Abelardo Carmona Zegarra
(1910 – 1972), natural de Chincha, compuesto en un momento de gran dolor del
pueblo peruano. La composición se realizó después de la sensible muerte de esta
artista de la radio (1° de enero de 1950). La interpretación estuvo a cargo del
trío Los Embajadores Criollos, “Los
Ídolos del Pueblo”, integrado por Rómulo
Varillas, Carlos Correa y Alejandro Rodríguez.
Lucy Smith
¡Qué tristeza y qué dolor,
siento yo en mi corazón!
al saber la desaparición
de la estrella de la radio,
que en vida se llamó… Lucy Smith (bis)
siento yo en mi corazón!
al saber la desaparición
de la estrella de la radio,
que en vida se llamó… Lucy Smith (bis)
En las alas del misterio
emprendiste raudo vuelo
la aurora parecía, salpicada de tristezas,
el sol con sus rayos de oro, al cielo se la llevó,
en el cielo hay una estrella, una estrella muy hermosa
que en la tierra deja seres, que no cesan de llorar.
Cuando
evocamos este título, solo nos queda afirmar acerca de que existe una gran conexión entre
la literatura y la música. El vals "Lucy Smith" es un ejemplo claro de que tiene
un hálito elegíaco. La elegía, como sabemos, es la expresión del dolor o
sufrimiento por la pérdida de un ser querido. Un caso ilustrativo en el plano
musical es la canción “Marinero de sueños” interpretada por Isabel Pantoja en
que el dolor de mujer es expresado en hermosas metáforas, pues la “golondrina
de luna” (la esposa) queda profundamente desolada ante la partida inesperada
del “barco velero” (el esposo, el torero “Paquirri”), que ha cruzado la bahía
(la vida) y se ha internado en la dimensión de la muerte. Esta dolorosa
historia –sin dudas– es expresada a través una bella imagen poética.

En este mundo elegíaco se inserta “Lucy Smith”, un vals que
rescata la historia trágica de una
joven artista de la radio. Su autor,
Abelardo Carmona Zegarra, pone en evidencia que el lenguaje no solo encierra
denotación, una realidad, sino también connotación, es decir, emoción y sentido
figurado; este último rasgo –con diversos matices– es frecuente en nuestros
autores, en especial en el numen de Felipe Pinglo Alva. Dentro de esta
concepción, Abelardo Carmona ha dado un matiz poético a "Lucy Smith"; él juega
con un léxico consabido en los temas elegíacos: dolor, tristeza, corazón,
lágrimas, muerte, y algunos otros términos. Y lo original, lo particular, del
estilo de los autores está en cómo traducen esos sentimientos en construcciones
figuradas. En nuestro análisis, el bardo chinchano –en el tema que nos ocupa–
parte de una consideración personal para finalmente convertirla en un dolor
colectivo:/Qué tristeza y qué dolor/siento yo en mi corazón/al saber la
desaparición/…/. En realidad, son solo dos estrofas en las que se condensa esa
simbiosis entre fondo y forma. El estilo lírico se va engalanando con
metáforas: /en las alas del misterio/emprendiste raudo vuelo/; animismos: la
aurora parecía salpicada de tristeza /el
sol con sus rayos de oro/al cielo se la llevó/; epíteto: /en el cielo hay una
estrella/una estrella muy hermosa/, para concluir en una hipérbole colectiva:
/que en la tierra deja seres, que no cesan de llorar/. En suma, el lenguaje en
sí es aparentemente simple, pero ha sido muy bien condensado en esas imágenes
poéticas. El tono es patético, aunque no con la gravedad lorquiana como en
“Llanto por Ignacio Sánchez Mejías”, pero sí resaltamos que la voz de Rómulo
Varillas y las guitarras de Carlos Correa y Alejandro Rodríguez han puesto un
sello indeleble a una de las elegías más hermosas del vals peruano.
Autor: Eugenio Magallanes