domingo, 4 de diciembre de 2016

PABLO MARCOS: UN ORGULLO PARA ALTO LARÁN

“Mi padre se llamaba  Pablo Marcos y mi madre María Ortega”.

Así empezaba la confesión de un altolareño  que dejó  la hacienda Larán hacía más de setenta años. Tal vez era un Juan Preciado que volvía en pos de sus raíces, para saber de dónde venía: ni más ni menos como el personaje de Juan Rulfo de la obra Pedro Páramo.
Nació en la Hacienda Larán en 1937. Vuelve después de más de 70 años en búsqueda de sus raíces.
“Mi padre era chofer y en ese tiempo maneja el tractor de la hacienda. Conmigo éramos cuatro. Mi papá y mi mamá decidieron ir a Lima a tratar de conseguir una vida mejor. A los años nacieron mis otros dos hermanos. Yo tenía alrededor de cuatro años cuando esto sucedió.
Le doy el nombre de mis hermanos: Gloria, Berta, yo, Manuel, Alfredo y Qswaldo. Mi hermano Alfredo es también artista y caricaturista político del diario Correo, firma así: Alfredo.
Si necesita más, me escribe.
Saludos
Pablo Marcos”.
Era el año 2015. El amigo Víctor Campos me dio el dato:  Pablo Marco había nacido en Larán. Por eso le escribi de inmediato a Colombia. Y tuvo la gentileza de contestarme.

Sus historietas se difunden por todo el mundo. Especialmente  las de Marvel. Es creador de Cona el Bárbaro
¿Quién es nuestro personaje? Uno de los más grandes dibujantes del Perú a nivel internacional. Si ingresamos en el mundo mágico del Internet, veremos  la frondosa información que existe sobre él. Y lo que nos enorgullece es que declara haber nacido  en Larán (es el primer dato que aparece). En ese mundo de lamperos, tractoristas, de burros y caballos, en que en las reminiscencias  de niños nos vemos caminando sin zapatos y transidos de un horizonte incierto.
Pablo estuvo con nosotros el jueves 17 de noviembre del 2016. Me escribió diciéndome que estaría en Chincha, venía con su esposa.  Por tal motivo,  me desplacé al sur en compañía de mi hermano Víctor. Allí lo encontramos, en la Plaza de Armas, y como siempre, rodeado de periodistas, algo que ya había ocurrido en Lima.

Sus primeras palabras fueron: “El pueblo de Larán es bonito, pero qué pena me da el de la hacienda”. Se había sumido en el mundo fantasmal de Comala. Yo también comparto su apreciación.

Pablo estudió en el Bartolomé Herrera y en la Universidad de Lima. Ha trabajado para los diarios La Prensa y Expreso. Hacia 1967 viaja a México y presta sus servicios artísticos en la editorial Novaro. Hacia 1970 estará en Nueva Yersey. Su amigo Brodsky lo lleva a la famosa empresa Marvel en donde deslumbrará por la magia de sus cómics y series de “Capitan Britania”, “Vampires Tales”, pero su creación emblemática es “Conan el Bárbaro”. También supieron de su arte “El planeta de los simios”, “El agente 007”.


Por otro lado, también ha trabajado para la empresa Wadman Publishing Creat Ilustrate Classics (1990-2000). Allí deslumbrará con “Las minas del rey Salomón”, “El hombre invisible”,  “Los viajes de Gulliver”, entre otros.

La juventud lo recibió cálidamente en el colegio Ciro Alegría. Es un ícono para viviente.
Este es el Pablo Marcos -quien,  dentro de su sencillez y cordialidad- aceptó volver  en ese mismo instante al distrito de Larán. Nos acompañó con su esposa y amigos.  Lo llevamos al Colegio Ciro Alegría. Era muy importante su contacto con la juventud, como un hermano mayor.
Fue recibido por profesores y alumnos. Ingresó a una de las aulas y les habló a los jóvenes. Después, cogió una tiza y ante un gran silencio y expectativa  fue esbozando un dibujo. Nadie intuía de quién se trataba. De pronto concluyó: ¡Era El hombre araña¡ ¡Y todos sonrientes y alegres aplaudían¡ Vinieron después las fotos, los comentarios, la  promesa de que pronto volverá.
La calidad humana  de Pablo Marcos es admirable.  Es una leyenda viva del arte contemporáneo. Es el maestro de los cómics del terror,  la fantasía heroica y los superhéroes. Los niños y los jóvenes de Larán tienen  en él un referente. Su figura silente engalana el eglógico verdor de la campiña altolareña.